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Durante el S. XX, la técnica ha evolucionado rápidamente dotando a los edificios de nuevas soluciones para aumentar el confort de sus usuarios. Estas soluciones vienen dadas por el uso de nuevos materiales de construcción e instalaciones cada vez más sofisticadas que llenan y recorren todo el edificio. Aunque a priori pueda parecer ventajoso, en realidad tiene una cara oculta perjudicial ecológicamente hablando.
Estas instalaciones requieren de un consumo de energía (eléctrica por norma general) que produce una cantidad considerable de emisiones de CO2. Actualmente, y aunque pueda parecer sorprendente, los edificios producen entre el 30% y el 40% de las emisiones totales de CO2. Estas emisiones vienen dadas en su mayoría para satisfacer la climatización de los edificios, debido a que las normas de construcción referentes a aislamiento térmico no son suficientemente restrictivas en la mayoría de los países.
Parece evidente que la solución al problema pudiera ser el uso de energías renovables para satisfacer esta demanda energética, pero el rendimiento de estas instalaciones no es capaz de generar la energía necesaria para un abastecimiento continuo. Aunque esta solución reduce considerablemente la demanda de energía no renovable, debe combinarse con técnicas pasivas como es la de mejorar la envolvente térmica del edificio. Reduciendo la conductividad térmica se reduce la pérdida o ganancia de energía (según la estación del año) y se reduce, por tanto, la necesidad de estar continuamente aclimatando térmicamente las estancias interiores.
Los materiales de construcción también provocan un impacto ambiental negativo en su proceso de fabricación. Siendo el hormigón un material común en la gran mayoría de los edificios, supone un 5% de las emisiones de CO2 producidas por el hombre. De este total se corresponde un 50% al proceso químico, un 40% a la quema de combustibles fósiles y un 10% al transporte y la electricidad. Por tanto, la mejora de la eficiencia energética también va encaminada a la fabricación de nuevos materiales que sean eficientes durante todo su ciclo de vida.
En Albero Arquitectos estamos comprometidos con una arquitectura eficiente y ecológica, investigando en sistemas constructivos y nuevos materiales para mejorar el aislamiento de los edificios con un mínimo impacto ambiental. Se busca así, una mejora energética y un ahorro económico en el mantenimiento y uso de los edificios.